Además de su prodigioso genio juvenil como compositor, Mendelssohn fue un pianista excepcionalmente capaz. Este grupo de obras raras, que demuestra un asombroso nivel de madurez más allá de la adolescencia del compositor, destaca por una secuencia de fugas para piano con un impresionante dominio del contrapunto y la armonización coral, dos sonatas que revelan las influencias duales del barroco y modelos más contemporáneos, como Weber y Hummel, así como un elegante «Prestissimo en fa menor» y una brillante «Vivace en do menor». Estas primeras obras para piano se graban excepcionalmente raramente. Este lanzamiento tendrá lugar en el bicentenario de las piezas.