La pieza es un giclée de una creación artística del pintor Zacatecano Rafael Coronel, considerado uno de los representantes más definidos del Nuevo Expresionismo Mexicano. Su interés por la naturaleza humana lo ha llevado a captarla y volverla susceptible de transformación en forma plástica. Ha expuesto en los cinco continentes, destacando su presencia en la primera Bienal Internacional de Pintura Figurativa en Osaka, Japón, en la que recibe el Primer Premio (1974).