Título: Emanuel QuintAutor: Gerhart HauptmannEditorial: OrbisColección: Los Premios Nobel Año: 1985País: EspañaIdioma: EspañolCaracterísticas: Primera edición Traducción: R. IberoISBN:8475303153 Encuadernación: Pasta dura. Pegado. Cosido Medidas: 20 cm X 12.5cmPáginas: 301Peso: 285 grs.Estado de conservación: Libro de Ocasión. Nota: Sello del anterior dueño en la primera hoja.Reseña: Emanuel Quint, escrita en 1890, es una novela en donde el autor reúne varios motivos recurrentes, como lo son el ambiente silesio, la crítica de la sociedad burguesa, la ingrata vida de los humildes y la nostalgia de un renacimiento de la caridad y la esperanza cristianas. Una novela que toma como punto de partida la propia vida de Nuestro Señor Jesucristo. Vida maravillosa que repite la religiosidad del joven hijo de un carpintero saqueado por la fe. Emanuel es seguido por unos remedos de discípulos fanáticos, y es reñido, reverenciado, deshonrado y, por último, encarcelado, transformándose en un mártir de una época forjada a espaldas de Dios. Por fin, Emanuel renuncia a su misión, muere solitario en las montañas. Esta novela es sumamente importante y, a la vez, contradictoria, que termina por reflejar el conflicto personal de Hauptmann, de hecho, es el conflicto de todo un momento en la historia de Alemania: “la oposición entre el intelectualismo positivista y anhelo religiosoSobre el autor: Gerhart Hauptmann (Polonia—, 15 de noviembre de 1862- 6 de junio de 1946) fue un dramaturgo, novelista y poeta alemán del naturalismo, ganador del premio Nobel de literatura en 1912.Desde la escuela de su ciudad natal pasó a Breslavia (actual Polonia) y después fue enviado a aprender agricultura a la granja de su tío. Como no le gustaba este tipo de vida, volvió pronto a Breslavia intentado convertirse en escultor. De ahí fue a estudiar filosofía y ciencias naturales en la Universidad de Jena.Pasó la mayor parte de 1883 y 1884 en Italia, viaje que le reveló sus bellezas antiguas. En mayo de 1885, se casó y se estableció en un suburbio de Berlín, y cuando conoció a Arno Holz y a Johannes Schlaf estos le hicieron ver las necesidades del público teatral, de forma que terminó por decantarse hacia la literatura en la que pronto alcanzó una gran reputación como uno de los principales representantes del drama moderno.