La socialización es un proceso muy importante en el cual el perro aprende cómo relacionarse con otros perros y con los humanos en diferentes entornos, de modo que pueda reaccionar de una manera adecuada a diferentes situaciones (sin miedo o agresión). La incapacidad de una buena socialización se le denomina déficit de socialización, el cual de manera preferente se tiene que atender en un periodo sensible, que va de las 3 semanas de edad a los 4 meses, tiempo donde se observa la mayor maduración neurológica, física y conductual. El déficit de socialización crea problemas de comportamiento al llegar a la adolescencia canina.