En 1976, Mattel empezó a trabajar en una línea de juegos deportivos con tamaño calculadora que se convertirían en los primeros juegos electrónicos portátiles de la historia. Michael Katz, el nuevo director de marketing, pidió a los ingenieros electrónicos un juego de ese tamaño usando LEDs.El resultado fue una tira de LEDs rojos, en forma de matriz, que podían ser movidos y controlados por los jugadores en las cuatro direcciones. La unidad, además, era capaz de detectar colisiones; es decir, si la luz del jugador hacía contacto con otra luz, el juguete era capaz de registrarlo.Tan simple como era, se convirtió en la base de la primera generación de consolas portátiles.Soccer fue la versión basada en el fútbol (europeo) lanzada en 1978 que, obviamente, era clave para el desembarco de estos pequeños juegos electrónicos en Europa. Su mecanismo es simple: el jugador controla a un punto que, al tener la pelota, brilla más que el resto. El objetivo es evitar los defensores y chutar la pelota dentro de la portería.Funciona bien, solo detalles estéticos debido al tiempo, funciona con una batería cuadrada.